Si usted ha conocido o escuchado de personas que viajan al extranjero con el principal objetivo de adquirir bienes para su consumo personal, debe saber que esa práctica tiene nombre: se denomina “turismo de compra”.
Estos viajes no tienen límite en cuanto a distancia o presupuesto. Cada comprador decide hasta dónde llega su tiempo y dinero; por ello, viajar a Europa o Estados Unidos por un producto de lujo o de diseñador puede ser una meta perfectamente válida.
Es evidente que el beneficio del turismo de compra es mutuo para ambas naciones: quienes viajan satisfacen una necesidad o gusto, y quienes venden aumentan sus ventas y ganancias. Es el flujo clásico de oferta y demanda que dinamiza la economía. Todos ganan. Un ejemplo más de los efectos del capitalismo.
Pero ¿Qué tiene que ver todo esto con los vestidos de novia? Vamos hacia ello.
Consideremos primero los preparativos de una boda. ¿Qué es lo más importante? ¿La fecha? ¿El clima? ¿El lugar de la fiesta? ¿La comida? ¿La música? ¿La ceremonia? Alguna vez escuché que lo más relevante es la novia con su vestido… ¡y estoy de acuerdo! Las tiendas especializadas en confección de vestidos de novia utilizan una gran variedad de materiales. Entre los textiles más comunes están: seda, tul, satén, organza, tafetán, chifón y gasa.
¿Dónde se pueden obtener este tipo de telas? Por fortuna, los fabricantes tienen diversas alternativas. Pueden adquirir estos tejidos tanto de proveedores nacionales como internacionales. Asia y Europa albergan a los principales productores de telas del mundo.
Si se planea adquirir estas telas en el extranjero, es necesario conocer su fracción arancelaria, un código numérico que representa el lenguaje universal del comercio exterior. Para ello, lo ideal es utilizar el software HS CODER, cuya plataforma web es altamente intuitiva. Basta con ingresar palabras clave como: “tela + textil + seda”. El sistema arroja como resultado la fracción arancelaria 5007.20.91, con su NICO 00. ¡Sorprendente! Y es solo el comienzo, pues todas las clases de telas pueden buscarse en HS CODER fácilmente.
Ahora bien, todos coincidimos en que los adornos y accesorios adecuados transforman un vestido de novia en algo majestuoso. Ejemplos de estos adornos son: hilos bordados, encajes, canutillos, cuentas, lentejuelas, aplicaciones, pedrerías y más. Los diseñadores utilizan estos materiales con destreza para lograr que la novia luzca espectacular.
¿También desea conocer la fracción arancelaria de estos adornos? En el software HS CODER, puede ingresar términos como: “lentejuela + adorno + plástico” (las tres preguntas clave del sistema) y obtendrá como resultado la fracción arancelaria 3926.90.99, con NICO 11. A partir de ahí, podrá conocer los requisitos para importar estos productos.
Ahora reflexionemos: en muchos países, conseguir estos accesorios para vestidos de novia resulta costoso, escaso e incluso inexistente en el mercado local. La opción lógica es adquirirlos en el extranjero. Y al preguntarnos quién es el principal proveedor mundial de adornos para textiles, la respuesta es clara: Asia, especialmente China.
Retomando el “turismo de compra” conozco a varias mujeres que, una vez comprometidas, prefieren viajar al extranjero para adquirir su ajuar de novia. ¿Por qué en otro país? Las razones varían: mayor variedad, mejor calidad, diseño exclusivo o la última moda. Y el destino más elegido suele ser Estados Unidos.
Aquí es donde surge la dificultad: los aranceles impuestos por EE. UU. buscan, entre otras cosas, limitar la entrada de productos asiáticos, incluyendo los adornos para textiles de origen chino.
El objetivo de esta política es que los fabricantes y vendedores de vestidos de novia en EE. UU. adquieran adornos elaborados en territorio nacional, promoviendo la inversión y el empleo. Sin embargo, no parece haberse considerado el alto costo de la manufactura estadounidense, lo que encarecerá los vestidos en el mercado.
¿Estoy exagerando? La realidad es que medios prestigiados en EE. UU. ya han emitido recomendaciones como: “cásate lo antes posible” o “adelanta la compra de tu vestido de novia”, en referencia al inminente aumento de precios.
¿Los mercados mundiales dependen tanto de China que incluso los vestidos de novia se verán afectados? ¡Sí, así es!
Este escenario es inminente, y el turismo de compra hacia EE. UU. para vestidos de novia se reducirá. Como consecuencia, el mercado nacional se posiciona como una alternativa viable. Dicen que donde unos ven problemas, otros ven oportunidades. ¿Pensarán lo mismo los fabricantes de vestidos de novia en México?
Imaginen que las futuras novias pudieran encontrar en tiendas mexicanas vestidos de igual o mejor calidad que los extranjeros. Es más, podría ocurrir que novias estadounidenses crucen la frontera para adquirir su vestido del lado mexicano. ¿Podría suceder? Con el nuevo orden arancelario, todo es posible.
Bibliografía: páginas web de notas periodísticas.

José Roberto Hernández
Asesor Jurídico