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Ciberamenazas más frecuentes en logística

La digitalización del comercio exterior y la cadena logística ha transformado la manera en que operan las empresas: hoy los procesos son más rápidos, automatizados y eficientes. Sin embargo, esta evolución también ha abierto la puerta a nuevos riesgos cibernéticos, lo que hace indispensable fortalecer las estrategias de seguridad de la información, establecer protocolos claros de respuesta ante incidentes digitales y fomentar una cultura organizacional de prevención que garantice operaciones seguras en entornos cada vez más conectados. 

Principales incidentes digitales en logística y comercio exterior 

Durante el último trimestre de 2025, la mayoría de las empresas del sector ha adoptado entornos totalmente digitales e inteligentes, lo que, aunque incrementa la eficiencia, también amplía la superficie de ataque para los ciberdelincuentes. 

Las herramientas automatizadas, los chatbots con inteligencia artificial y los sistemas de gestión remota pueden poner en riesgo los activos de una organización si no se aplica un análisis de riesgos alineado con metodologías y estándares internacionales. 

Los incidentes más comunes incluyen: 

  • Filtración o fuga de datos a través del correo electrónico. 
  • Correos maliciosos (spam, phishing, ransomware). 
  • Errores de configuración en sistemas automatizados o agentes de IA. 
  • Instalación de software no autorizado. 
  • Conexiones a redes públicas o inseguras. 
  • Accesos remotos sin control o sin VPN segura. 

Por ello, resulta crucial que las empresas identifiquen sus activos informáticos y tecnológicos, evalúen su nivel de criticidad y establezcan medidas preventivas y correctivas basadas en normas de seguridad como la ISO/IEC 27001, garantizando la continuidad operativa y la protección de los datos. 

 Protocolos de actuación ante incidentes 

Toda organización debe contar con protocolos definidos para gestionar incidentes digitales. Basados en las mejores prácticas internacionales, estos deben incluir los siguientes pasos: 

  1. Identificar el activo comprometido: determinar si es físico o lógico, su ubicación, disponibilidad y respaldos. 
  2. Designar al responsable: agiliza la comunicación y las decisiones. 
  3. Evaluar la criticidad del activo: permite dimensionar el impacto en la operación. 
  4. Ejecutar acciones contenedoras o correctivas inmediatas. 
  5. Comunicar al personal y departamentos relacionados con el activo afectado. 
  6. Definir tiempos de respuesta con base en el impacto; apoyarse en el BIA (Business Impact Analysis). 
  7. Registrar una bitácora de actividades: documentar acciones, fechas y responsables. 
  8. Reunir evidencias digitales o físicas del incidente. 
  9. Realizar un análisis de causa raíz (post-mortem) con el comité de riesgos. Documentar y reportar el incidente, las causas, responsables y medidas correctivas. 
  10. Notificar a la dirección y proponer mejoras preventivas. 

                      Este proceso no solo permite una respuesta eficaz, sino que también genera aprendizaje organizacional para evitar que las fallas se repitan. 

                      Más vale prevenir que lamentar 

                      Un incidente digital puede interrumpir operaciones, comprometer datos sensibles y afectar la reputación de una empresa. En 2024, según el estudio de Entel Digital, los ataques de ransomware aumentaron un 90% y los de malware un 10%, cifras que evidencian la urgencia de fortalecer los sistemas de seguridad. 

                      Las empresas que invierten en evaluaciones de vulnerabilidades, capacitación constante y certificaciones en seguridad de la información no solo reducen riesgos, sino que optimizan recursos y fortalecen la confianza de sus clientes. 

                      La transformación digital trae oportunidades, pero también responsabilidades. Cada sistema automatizado o acceso remoto puede ser un punto débil si no se gestiona adecuadamente. La clave está en prevenir, capacitar y actuar con rapidez ante cualquier amenaza. 

                       En la era digital, la seguridad de la información no es un gasto, sino una estrategia. Proteger los activos digitales garantiza continuidad operativa, confianza y calidad en los servicios logísticos y de comercio exterior. 

                      La mitigación de incidentes digitales debe asumirse como un proceso constante y colaborativo, que evolucione al ritmo de la tecnología. 

                      Y así nace nuestro lema en GRIVER: 
                      “La seguridad de la información es compromiso de todos.” 


                      Jairo Escobedo Sánchez
                      Analista de Seguridad