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¿Por qué la prevalidación del pedimento es más clave que nunca?

El pasado 26 de marzo de 2025, el expresidente Donald Trump anunció que Estados Unidos aplicará un arancel del 25 % a todos los automóviles importados que no sean fabricados en EE. UU. 
Fuente: Reuters 

Aunque México cuenta con la cobertura del T-MEC, esta medida ha generado inquietud inmediata en el sector automotriz y logístico, especialmente en lo relacionado con productos que integran componentes de diversos orígenes. La aplicación o exención de estos aranceles depende de criterios técnicos, reglas de origen y correcta clasificación arancelaria. 

Y es aquí donde el proceso de prevalidación del pedimento aduanal se convierte en un escudo operativo y normativo. 

Una prevalidación adecuada, como la que realiza un sistema robusto tipo RECO Prevalidador, permite: 

  • Verificar que las fracciones arancelarias sean correctas y cumplan con las regulaciones aplicables. 
  • Confirmar el cálculo exacto de impuestos como IGI, IVA, DTA, IEPS, entre otros. 
  • Detectar a tiempo errores o discrepancias que podrían derivar en retenciones, multas o pagos excesivos. 
  • Integrar reglas de origen en función del tratado comercial correspondiente (como el T-MEC), lo cual puede marcar la diferencia entre pagar o no pagar un 25 %. 

En momentos de guerra comercial, la diferencia entre una operación rentable y una penalizada puede estar en una sola línea del pedimento. 
Y esa línea debe validarse con rigor. 

La volatilidad global no la controlamos, pero la calidad de nuestras operaciones… sí. 
Hoy más que nunca, el cumplimiento comienza con una prevalidación inteligente. 

 


José Enrique Salva Palacios 
Ejecutivo Comercial SR